27 de mayo de 202.

Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Juan 4:20…………….
Lo veo pero él no me ve, pues él es invidente.
La ceguera es tan parecida a la ignorancia.
Aunque como anciano él tiene derechos a atención, medicina oportuna, pensión justa y a tiempo, techo propio, estancia gratuita y alimentación. Al menos dice la constitución.
Lo he visto con sus manos en reverencia bendiciendo la lluvia que le cae, a lo mejor en señal de agradecimiento,
Lo he visto con su vara guiándose para no tropezar con un “callao”.
Hoy en su cojín de cuero, y su cómoda blanca almohada justo a la medida de un galón, vacío como su estómago, él descansaba al lado de una bella mujer.